FUTBOL INFANTIL

LA ANSIEDAD DE LOS PADRES POR OBTENER RESULTADOS A CORTO PLAZO.

En muchas ocasiones la obsesión de los padres de alcanzar con sus hijos resultados antes de tiempo, incentiva a los técnicos a planificar y realizar en las practicas ejercicios juegos de fútbol específicos y estructurados, máxime si los técnicos carecen de un formación adecuada y solo trabajan para satisfacer los intereses de los grandes cuando, en realidad, debían pensar solo en los niños, sus verdaderos receptores.

Como consecuencia de esto se producen rápidos éxitos deportivo, pero el descenso no se hace esperar después de pocos años. Además la falta de una formación multilateral aumenta el riesgo de lesiones y no sabe estimular la motivación para entrenar con vistas a alcanzar objetivos importantes a largo plazo. Los niños formados así suelen abandonarla practica de fútbol mas frecuentemente que aquellos que han disfrutado de una formación multidisciplinada. Solo una amplia experiencia motriz ganada en la edad de mayor aprendizaje motor (9 a 12 años) permite después aprender más rápido y ejecutar eficientemente las mas complicadas técnicas a alta velocidad y los comportamientos tácticos que exige el fútbol de alto rendimiento.

Como primera medida para educar y cambiar esta forma de pensar en la mayoría de los padres, hay que informarlos. A mi parecer, y por experiencias anteriores, la forma mas conveniente es entregar periódicamente durante los juegos boletines informativos, de poca extensión claros, que enseñen a los padres los caminos mas visibles en lo que respecta a la educación y la formación deportiva de sus hijos, que esta bien y que esta mal, lo que deben hacer y lo que no es recomendado, con los fundamentos correspondientes en cada caso.

Para incentivar a los técnicos, y a los padres, a asegurar mediante un cambio de los contenidos de los entrenamientos una formación polivalente de los niños, es imprescindible también cambiar las estructuras de las competiciones, sabiendo que el entrenador suele preparar lo mejor posible al niño para la competición con contenidos que simulen situaciones de la misma.

En consecuencia una óptima relación entre entrenamiento multilateral y especializado solo se alcanzara en las canchas de fútbol cuando los niños de 7, 8 y 9 años realicen competiciones formativas, que exijan conocimientos y capacidades futbolísticas y otras habilidades y capacidades motrices imprescindibles, ya su vez, asegurar a todos los niños numerosos contactos con el balón, posibilidades de atacar y defender a la vez por las dimensiones del campo y desarrollar su capacidad de decisión.

En mi próxima nota desarrollaré con mas amplitud y detalles mi propuesta de cómo deberían ser los juegos en el fútbol infantil, con número de jugadores para cada una, tamaño del campo de juego, etc.

En la naturaleza cada cosa tiene su periodo de gestación. Lentamente la noche se convierte en día, una estación sigue a la otra, o una manzana luego de un tiempo madura, sin cambios bruscos, con una progresión imparable. Así también, el jugador de fútbol debe pasar obligatoriamente a través de unas fases de formación hasta alcanzar, en el tiempo, la madurez.

Profesor Lucas LLop